Lima, 21
febrero 2011
POSIBLES
CONSECUENCIAS PARA ESTADOS UNIDOS DE LAS
REVOLUCIONES EN EL
MEDIO ORIENTE
Por: Nelson
Vásquez Juárez
Las
revoluciones que han derrocado las dictaduras de Egipto y Túnez, los
movimientos de protesta en Yemen, Libia, Bahréin y Marruecos deben estar
generando preocupación en algunos sectores de los Estados Unidos. En esa
zona Estados Unidos defiende sus intereses petroleros. Si Kuwait no tuviese el
petróleo que tiene Estados Unidos no hubiesen encabezado una coalición para
desalojar a los irakies. Pero la política exterior norteamericana ha traído
como consecuencia el deterioro de su imagen en los pueblos árabes. El
irresuelto conflicto palestino-israelí (el apoyo norteamericano a Israel), la
guerra contra Irak, los abusos en las cárceles de Abu Ghraib y Guantánamo han
ido generando en el Próximo y Medio Oriente resentimientos en el pueblo
musulmán, se ve a Estados Unidos “como una rendición del pasado colonial”[1],
“como el heredero de la misión imperialista británica.”[2]
Hace algunas décadas la imagen norteamericana no estaba tan desacreditada en
esa región, “muchos musulmanes vieron en la irrupción política de Estados
Unidos en Oriente Próximo y Medio tras la Segunda Guerra mundial una fuerza
liberadora que contribuyó al fin del dominio colonial anglo-francés.”[3]
El desprestigio norteamericano y el resentimiento contra ese país ha sido un
proceso, la guerra contra Irak ha sido el hecho que tal vez ha traído las
consecuencias más negativas para Estados Unidos: “la credibilidad global de
Norteamérica ha quedado hecha añicos”[4]
y “han despertado además, un odio enconado (contra Estados Unidos) en el mundo
islámico.”[5]
Según Brzezinski a los musulmanes de la región “sus propios recuerdos
históricos los han llevado a identificar cada vez más el poder estadounidense
en la zona tanto con el pasado colonial británico como con las políticas
israelíes actuales, y, por lo tanto, se sienten cada vez más molestos con la
presencia norteamericana.”[6]
Unas de las consecuencias, a largo plazo, de las revoluciones en el mundo árabe
es que Estados Unidos termine siendo expulsado de esa región. Algunos analistas
norteamericanos han planteado esa posibilidad ante la creciente animadversión
contra Estados Unidos.[7]
Este proceso va a ser gradual y otros factores intervendrán en ello. Así la
emergencia de China como potencia económica, la necesidad del gigante asiático
de petróleo para seguir con su dinamismo económico hacen inevitable la
presencia China en esa parte del mundo. Además, los chinos no son mal vistos en
el mundo musulmán.
Para el analista Pablo Gámez “una de las potencias que está cosechando
ganancias de la incertidumbre en Medio Oriente, es China: en lo fundamental a
lo que respecta a sus intereses petrolíferos y a la industria que ha sabido
establecer en esa región del planeta.”[8] Por su parte, Luis Clavijo, experto en
geopolítica y petróleo ha dicho que “la China le esta ofreciendo a los países
árabes y África lo que Occidente les ofreció al principio: nueva maquinaria,
nuevos trabajos, gente de afuera que les enseñen, y lo fundamental: trabajar
con usted.”[9] Además,
Clavijo ha expresado: “hemos observado, en la industria petrolera, como han
sido desplazadas las compañías europeas, norteamericanas, australianas, por
compañías de servicios de la China; igual vemos cómo las compañías de
exploración petrolera ahora compiten o son socios de compañías chinas que están
explorando y produciendo hidrocarburos” precisando que “no es la nueva entidad
que controla el petróleo en Medio Oriente, pero es un grupo bastante fuerte que
está desplazando a compañías de servicios y un grupo que se está apoderando de
áreas petroleras de producción o reservas en el subsuelo.”[10]
En su libro “Tres Presidentes” Zbigniew Brzezinski planteaba ya la posibilidad
que “los productores de petróleo de la región del golfo Pérsico, siempre en
busca de estabilidad política y de consumidores fiables, podrían gravitar cada
vez más hacia la órbita china.”[11]
El analista norteamericano expresa que “en su cauta pero persistente lucha por
potenciar su papel internacional, es probable que Pekín –poniendo sus miras más
allá del este de Asia- fije su siguiente objetivo en Oriente Próximo y Medio.
Para convertirse en una importante presencia en aquella zona, China pondrá el
acento en que puede ser un fiable cliente de los países productores de
petróleo, un proveedor competitivo de manufacturas y armamento, y un socio
políticamente amistoso.(...) No resulta tan descabellado imaginar que China
pueda erigirse en la influencia dominante en la región si Estados Unidos no
reconsidera las políticas que ha aplicado allí tras el 11-S.”[12]
Agregando que esto tendría consecuencias en Europa: “si Oriente Próximo y Medio
se alejase políticamente de Estados Unidos para aproximarse a China, se
produciría una onda expansiva que afectaría también a los lazos de Europa con
Norteamérica y amenazaría la primacía de la comunidad atlántica.”[13]
Añade Brzezinski: “La pérdida del predominio estadounidense en la región
tendría consecuencias catastróficas para la posición norteamericana en Europa y
en Extremo Oriente.”[14]
Las revoluciones que
han ocurrido, y pueden seguir, en el Oriente Próximo y Medio pueden tener
consecuencias en el balance del poder del mundo. La pésima política exterior
norteamericana, su desprestigio en esa zona, la crisis económica que padece, el
surgimiento como potencia de China, el dinamismo político que está mostrando
el pueblo musulmán son factores que incidirán en un cambio de las
relaciones internacionales en esa parte del mundo y con ello en la menor
influencia estadounidense en el Próximo y Medio Oriente.
[1]
Brzezinski, Zbigniew: “Tres Presidentes. La segunda oportunidad para la gran
superpotencia americana”, Ediciones Paidos, Ibérica, S.A., Barcelona, 2008, p.
106.
[2]
Brzezinski, Zbigniew: Op. citada, p. 105.
[3]
Brzezinski, Zbigniew: Op. citada p. 172.
[4]
Brzezinski, Zbigniew: Op. citada p. 194.
[6]
Brzezinski, Zbigniew: Op, citada pp. 199-200.
[7]
Brezinski, Zbigniew ha señalado que el desprestigio de Estados Unidos en esa
zona“plantea a largo plazo el riesgo de que Estados Unidos acabe siendo
expulsado definitivamente de aquella región.” EN: Op. citada pp. 249-250.
[8]
Gámez, Pablo: “Medio Oriente: la ganancia China”, 18 febrero 2011, publicado en
Radio Nederland Internacional, www.rnw.nl/espanol/print/304395.
[9]
Idem.
[10]
Idem.
[12]
Brzezinski, Bzigniew: “Tres Presidentes”, p. 216.
[13]
Brzezinski, Bzigniew: “Tres Presidentes”, pp. 206-207.
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